CERRANDO CIRCULOS
CERRANDO CÍRCULOS
Para aquellas personas que siempre están apegadas al pasado, que siempre viven esperando algo del otro, que no pueden desprenderse de recuerdos, este articulo es para ellos.
Me pareció muy interesante porque todos alguna vez hemos pasado por alguna situación similar. O quizás algunos la estén pasando.
Nada esclaviza mas que estar siempre esperando algo del otro o vivir del pasado, termina siendo esclavo uno de si mismo.
Se paraliza ante el mundo. Mientras este sigue dando vueltas, estancados en el resentimiento, la bronca, la ira, o la melancolía.
Con los recuerdos pasa algo similar. El pasado es lo inevitable, algo que ya sucedió, y del que debemos tomar cosas buenas. Pero también aprender de las malas. Si caí alguna vez por haber tropezado con una piedra y levante, aunque con unos dolores o algún que otro golpe, eso es la vida. Eso es haber vivido. Eso es haber aprendido.
Imagínense si cada vez que despertáramos debiéramos aprender nuevamente todo aquello que hemos aprendimos en toda la vida. Nuestra mente totalmente en blanco. Volver a caminar, comer, cocinar... etc... Que difícil seria no? Realmente que si!
Gracias a Dios tenemos esa capacidad de recordar y aprender a cada momento. No solo para nuestro presente, sino para el futuro que vendrá. Cada momento que vivimos es una experiencia nueva. Y depende de nosotros el como se utilizara. Si estancados en un pozo, o dar un salto para volver a empezar.
Como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos. Lo importante es poder "dejar ir" momentos de la vida que se van clausurando. ¿Terminaste con tu trabajo? ¿Se acabó la relación? ¿Ya no vives más en esa casa? ¿Debes irte de viaje? La amistad ¿se acabó?
Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente "moviéndote" en los por qué, en devolver el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanas, tus padres, todos y todas estamos abocados a ir cerrando capítulos. A pasar la hoja. A terminar con etapas o con momentos de la vida y seguir para adelante. No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué... Lo que sucedió, sucedió...
Y hay que soltar, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quienes no quieren estar vinculados a nosotros. No, ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!
Por eso a veces es tan importante romper fotos, quemar cartas, destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa. Papeles por romper, documentos por botar, libros por vender o regalar. Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse.
En la vida nadie juega con las cartas marcadas y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente. El pasado ya pasó. No esperes que te devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que "alguna vez se den cuenta de quién eres tú". ¡No, suelta!
La vida va para adelante, nunca para atrás. Porque si andas por la vida dejando puertas abiertas, "por si acaso", nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. Noviazgos o amistades que no clausuran, posibilidades de "regresar" (¿a qué?), necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron. ¡Si puedes enfrentarlos hazlo ahora! Y si no, pues déjalo ir, cierra capítulos. Di a ti mismo que no, que no vuelve. Pero no por orgullo ni por soberbia sino porque tú ya no encajas allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en esa oficina, tú ya no eres el mismo que se fue, hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a que volver.
Cierra la puerta, pasa la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo ni el entorno al que regresas será igual porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida. Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo llegaste sin ese adhesivo, sin nada. Por lo tanto es "costumbre" vivir pegado a ese "adhesivo" y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir. Es un proceso de aprender a desprenderse y humanamente se puede lograr porque, te repito, nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad.
PERO CIERRA, CLAUSURA, LIMPIA, BOTA, OXIGENA, DESPRÉNDETE, SACUDE, SUELTA.
Hay tantas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad.
¡Esa es la vida!